Anna Laura tendrá un hermanito

A partir de ahora podré dedicar menos tiempo al blog pero tengo un muy buen motivo: nuestra familia se está preparando para acoger de la mejor manera posible a otro miembro.

La maternidad ha supuesto un cambio muy grande en mi vida y sobre todo en mi mentalidad. El bienestar de mi hija, desde el momento en el que se ha confirmado mi embarazo, siempre ha sido lo más importante para mí.

Tener una hija ha supuesto una alegría (y una responsabilidad) tan grande que cada día intento mejorar para ofrecerle lo mejor de mí.
Y, sinceramente, incluso con una sola hija me sentía plenamente feliz.
Pero un día, Anna Laura empezó a pedir un hermanito, cada vez con más insistencia. Es una niña muy sociable, adora los bebés (sobre todo, como ella misma dice, le encanta ser «cuidadora de bebés») y no se cansa nunca de jugar con ellos.
Fue así que mi pareja y yo empezamos a plantearnos la posibilidad de ampliar la familia.
La opinión de nuestra hija es muy importante para nosotros, ella es parte de la familia y consideramos que tiene derecho a opinar sobre algo que afectará directamente su vida.
Pero también queríamos estar seguros de que fuera el momento justo para tod@s.

Así que hemos tenido en cuenta otros factores fundamentales, que solo unos adultos pueden valorar: no solo la estabilidad económica, sino también la posibilidad de ofrecer a nuestros hijos lo que más necesitan, tiempo y dedicación.

Además hemos tenido en cuenta recomendaciones médicas para garantizar la salud física y el bienestar emocional de todos los miembros de la familia.
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1. SALUD FÍSICA DE MADRE Y BEBÉ (INTERVALO INTERGENÉSICO)
La OMS, para minimizar los riesgos para madre y bebé, recomienda que entre un parto y embarazo transcurra un periodo de tiempo no inferior a 27 meses (y no superior a 59 meses).
Puedes profundizar este tema, leyendo el informe OMS sobre tiempo entre parto y embarazo (en inglés). Sobre todo en casos de embarazos muy seguidos (menos de 27 meses entre parto y siguiente embarazo) hay riesgos para la madre (muerte, preeclampsia, aborto, anemia, endometriosis) y para el bebé (bajo peso, tamaño pequeño, parto prematuro, muerte).
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2. BIENESTAR EMOCIONAL DEL HERMANO MAYOR (CELOS)

También queríamos estar seguros de hacer todo lo posible para que la llegada de un hermanito no supusiera un trauma para Anna Laura. Aunque lo propuso ella con tanto entusiasmo, siempre es mejor asegurarse.
Así que nos hemos informado y hemos descubierto que, cuando la diferencia de edad entre hermanos es superior a 5 años, hay menos posibilidades de que el primogénito tenga celos. Estudios de Freud, Henri Wallon y Judy Dunn, entre otros, confirman estas teorías.
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3. CRIANZA RESPETUOSA

Desde el punto de la crianza respetuosa las conclusiones a las cuales llegaron Freud, Henri Wallon y Judy Dunn tienen mucho sentido: un niño de 5 años ya ha concluido la primera infancia, en la que es necesaria la presencia constante de su figura de apego y se dan muchos cambios (por ejemplo, a esa edad la mayoría de los niños ha dejado el pañal, ha empezado el cole, algunos ya han decidido abandonar el colecho, incluso se han destetato). De hecho, varios psicólogos que aconsejan expresamente no hacer coincidir la llegada de un hermanito con otros cambios importantes en la vida del primogénito.
Personalmente sufro al escuchar que algunas familias de mi entorno se plantean interrumpir la lactancia, el colecho o deciden mandar a su hijo al cole o la guardería solo porque llega un hermanito.
Un niño de 5 años entra ya en otra fase de su infancia en la que, si durante los primeros años se le ha ofrecido un apego seguro, disfrutará de su independencia. No verá a su hermano como a un rival porque tendrán exigencias diferentes, no discutirán por el mismo juguete, habrá más empatía y menos rivalidad, algo de lo que se beneficia toda la familia.
Existe esa opinión idealizada en nuestra sociedad según la cual «un hermano es el mejor regalo que se le pueda hacer a un hijo«, pero, seamos realistas, no siempre es así. Hay muchos hermanos que no se soportan o simplemente no tienen ninguna relación. Incluso hay casos graves de bullying entre hermanos (os invito a leer este artículo del psicólogo Ramón Soler).
La actitud de los padres puede contribuir a crear una buena relación entre hermanos (evitando favoritismos y comparaciones, por ejemplo) pero no depende solo de ellos. Hay factores, como la diferencia de edad entre hermanos, que es necesario tener en cuenta para propiciar una relación óptima, sobre todo considerando que se trata de algo que está en nuestras manos.
Y no olvidemos que los cuentos pueden ser de gran utilidad. En nuestra Selección de libros sobre la llegada de un/a hermanito/a hemos elegido los mejores cuentos en línea con la crianza respetuosa.
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Así que, en unos meses, seremos uno más. Y es maravilloso ver cómo Anna Laura besa mi barriga para que «el hermanito sepa que lo queremos mucho» o escucharla cuándo planea todo lo que hará con él porque ella será «la mejor hermana mayor del mundo».

Ya está viviendo lo que podríamos llamar «hermandad consciente». Y eso sí que es un regalo.

 

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