
Emily Hughes
Ed. Impedimenta
+3 años
El protagonista de este álbum ilustrado es un pequeño jardinero que cuida con mucha dedicación su jardín.
A pesar de todo el esfuerzo y el cariño que pone, debido a su tamaño diminuto, no consigue los resultados esperados y empieza a dudar de sus capacidades.

Trabaja sin pausa de día y de noche y el cansancio le supera.
Así que un día, antes de acostarse, tiene por fin valor para expresar su gran deseo: necesita ayuda.
Y a veces los sueños se cumplen…
parecía gran cosa, pero para su jardinero lo era todo.
Así empieza esta historia repleta de emociones y colores, un cuento de un vínculo entre un jardinero y el jardín que cuida.


jardín devuelva a su cuidador parte del amor que este le brinda a diario. El lector comparte así la alegría del jardinero al ver aparecer una linda flor naranja. Una flor que representa la justa recompensa para el trabajo bien hecho, una esperanza para el futuro y que hace que el pequeño ponga aún más esmero en su trabajo. Es el símbolo de que su presencia tiene sentido y que su esfuerzo ha servido de algo.
Pero el entusiasmo, por muy grande que sea, no cancela el cansancio y el pequeño jardinero está desbordado de tanto trabajo.
Muchas madres y padres que dedican todos nuestros esfuerzos a la crianza entendemos perfectamente esa sensación de felicidad y agotamiento a la vez. Intentamos abarcarlo todo y seguir adelante a pesar del cansancio, cuando lo más fácil sería pedir ayuda.
Este es uno de los mensajes que este álbum ilustrado puede transmitir a un público adulto: entender cuando hemos llegado a nuestro límite y parar un momento para recobrar fuerzas.
Para las madres y los padres que criamos en brazos y con apego, sin dejar llorar a nuestr@s hij@s (y que demasiadas veces tenemos incluso que soportar las críticas de l@s opinólog@s), esa flor representa los esperados resultados de la crianza respetuosa que pueden tardar en llegar, pero llegan: niñ@s felices que se transforman en adult@s independientes y emocionalmente equilibrados.
Y, siguiendo con esta metáfora, la mujer que acude en ayuda del jardinero puede representar esa tribu que tanta falta nos hace cuando estamos criando.L@s pequeñ@s lectores/as, obviamente, darán otra interpretación y aprenderán la importancia del trabajo en equipo y del esfuerzo para conseguir un objetivo determinado.
La última página del álbum nos transmite un mensaje profundo y nos recuerda el vínculo especial entre el Principito y su rosa:
gran cosa, pero para su jardín él lo es todo»
Por muy pequeña que nuestra contribución pueda parecer, si nuestro trabajo está hecho con amor y dedicación, tiene mucho valor.
La enorme mujer que echa una mano al pequeño jardinero puede perfectamente representar a una madre, esa persona a la cual siempre recurrimos si necesitamos un consejo sincero y una ayuda desinteresada.
Emily Hughes vuelve a centrar las ilustraciones en la naturaleza de su Hawaii natal, creando una fusión armónica entre plantas, flores, insectos y seres humanos, con ese estilo vintage que caracteriza su obra, con predominancia de tonos verdes y marrones. La sensación para el lector al abrir el libro es como dar un salto entre esas exuberantes plantas y hermosas flores.
Recomiendo este cuento a partir de los 3 años, aunque a partir de los 4/5 años será cuando l@s peques podrán entender plenamente los mensajes que
quiere transmitir.
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