
Cómo atrapar una estrella
Oliver Jeffers
Fondo de Cultura Económica
+3 años
Un niño desde la ventana de su habitación cada noche mira las estrellas, deseando tener una para él, para poder jugar juntos al escondite o dar largos paseos por la playa.

Empezará así a buscar distintas maneras para conseguir su sueño: atrapar una estrella.
Su primer intento fue poner el despertador muy temprano por la mañana para esperar a que la estrella estuviese muy cansada (tras haber estado levantada toda la noche) y poder así acercarse a ella más fácilmente.

Aunque este plan y, los siguientes también, fracasan, nuestro protagonista no se rinde y sigue intentándolo.
No le importa que la estrella esté tan arriba que ni subiéndose a la copa del árbol más alto de todos consiga alcanzarla ni que su nave espacial se haya quedado sin gasolina tras el último viaje a la luna, ni que la gaviota no quiera echarle una mano…él no abandona su propósito.

Hasta que un día se le ocurre una idea genial…
Un cuento de temática fantasiosa pero al mismo tiempo muy realista si lo enfocamos desde el punto de vista del comportamiento del niño. Él formula hipótesis, las prueba y si ve que no funciona, pasa a la siguiente. Usa un verdadero método científico.
Lo que me recuerda un estudio publicado en 2012 por investigadores de la Universidad de California, según el cual los niños piensan de forma muy similar a la que se emplea en la ciencia. Cuando se enfrentan a los problemas y deben tomar decisiones, los niños formulan hipótesis, hacen inferencias causales y aprenden a partir de la estadística y la observación, métodos que los convierten en «pequeños científicos».
Una capacidad innata que se va perdiendo con el pasar el tiempo si no reciben estímulos suficientes o si, aún peor, se les enseña a aceptar lo que los adultos les indican sin ponerse preguntas ni investigar por su cuenta.

Los dibujos de Jeffers de líneas sencillas y muy evocadores, son realizados con la técnica de la acuarela, lo que les confiere una carga colorista muy peculiar. Son ilustraciones que hablan por sí solas y hacen muy ameno y fácil contar la historia. El minimalismo que las caracteriza fascina a los niños y les permite no solo identificarse con el personaje, sino también imaginar mil y un detalle alrededor de la historia principal.
Una historia contada a través de palabras muy expresivas que enganchan al lector y que hacen único el estilo de Jeffers. Una aventura infantil con todos los elementos que invita a no abandonar un sueño por el simple hecho de no conseguirlo tras el primer intento.
Como siempre el humor es uno de los elementos que más nos gustan de Jeffers: pequeños toques de ironía que hacen la lectura aún más entretenida, no solo para los peques.
Se trata del primer libro de Oliver Jeffers, el que lo llevó a la notoriedad y leyendo este cuento no es difícil entender el porqué.
Gracias a esta obra fue finalista del Early Years Premio Booktrust como mejor Ilustrador Revelación en 2004.
Gracias a esta obra fue finalista del Early Years Premio Booktrust como mejor Ilustrador Revelación en 2004.
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Se puede adquirir la caja que incluye también «Perdido y encontrado» y «De vuelta a casa»: Había una vez un niño.