
El faro de las almas
Ariel Andrés Almada (Autor), Zuzanna Celej (Ilustradora)
Ed. Cuento de Luz
+6 años
Por su noveno cumpleaños Leo, en lugar de recibir, como le suele pasarles a otros niños, soldaditos de plomo, juguetes de colores o una bicicleta, recibe un regalo muy especial por parte de su abuelo: un antiguo faro.
Será el mismo abuelo quien le explicará el sentido de ese regalo tan original y la tarea que a partir de ese momento le encomienda.

Si tradicionalmente el faro ha servido para indicar a los marineros dónde se encuentra la tierra firme y evitar choques accidentales de sus barcos contra las rocas, el abuelo hace tiempo que ha decidido darle un uso diferente.
Un álbum ilustrado que se abre como un cofre del tesoro, de abajo hacia arriba, y que esconde un maravilloso secreto.
Desde la primera página cualquier/a niño/a se sentirá identificado con el protagonista y los acontecimientos que va viviendo en esa noche inolvidable.
Un legado de amor de un abuelo a su nieto, un legado de amor hacia el prójimo, un amor de pequeños detalles capaces de alegrar la vida de los demás.
Tras un largo paseo a la orilla del mar, Leo y su abuelo llegan por fin al faro, en una noche iluminada por la luz de las estrellas.
Al encender el faro el abuelo empieza a proyectar la sombra de sus manos formando una golondrina, acompañando su gesto por una frase en un primer momento sibilina para Leo: «todo lo que realmente añoramos en nuestro corazón siempre vuelve, como hacen las golondrinas en primavera«.

Y enseguida el abuelo empieza a encender y apagar la luz del faro de forma intermitente. Leo sigue sin entender pero mira a su abuelo con creciente interés.
Pero la magia de la noche todavía no se había acabado: de una caja de madera el abuelo empieza a sacar láminas de colores, proyectando a través de la luz del faro, una película entre las nubes grises que habían ido oscureciendo el cielo.
Leo, contagiado por el entusiasmo de su abuelo, se deja llevar por el hechizo de aquel cuento de sirenas y piratas.
Viven así una noche cuyo recuerdo el niño no borrará nunca de su corazón, una noche de consignas entre dos generaciones que se pasan el testigo en esa bonita labor de aliviar la angustia de la gente: el mensaje llevado por las golondrinas consigue consolar a las esposas de los marineros que esperan preocupadas y la luz intermitente lleva consigo un mensaje en código Morse destinado a un viejo marinero malhumorado y triste porque ya no puede navegar.
El abuelo no solo le hace entrega a Leo de su oficio de guardián del faro,a través de la entrega simbólica de su gorra de marinero, sino también de un mensaje de solidaridad y generosidad.

El faro se vuelve así el símbolo de contacto entre dos mundos, el de los vivos y el de los que ya no están entre nosotros.
El camino que abuelo y nieto recorren de la noche a la madrugada sabe a despedida.
Una despedida dulce y amarga al mismo tiempo.
La luz del viejo faro alumbra el camino y lo hace más llevadero y viene poco a poco sustituida por la luz de la madrugada, símbolo del día que nace y de la vida que vuelve a empezar.
Las almas tienen que transitar a través de la oscuridad de la noche para ir al encuentro de la luz reconfortante de la madrugada.
Un cuento que nos ayuda a hablar a los más pequeños del ciclo natural de la vida y una herramienta valiosa para que puedan enfrentarse al duelo.
Las ilustraciones, en las cuales predominan los tonos ocres y grises, realizadas con la técnica de acuarela, son tan vívidas que consiguen hacernos percibir el olor del mar y la brisa que acaricia suavemente a los protagonistas del cuento.
Te invito a visitar la web de la ilustradora Zuzanna Celej para disfrutar de fragmentos de su arte: http://zuzannacelej.blogspot.com.es/
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