
2-4 jugadores
Esta es la versión infantil del célebre juego Monopoly, en venta desde 1935. Es un juego de tablero cuyo objetivo es comprar distintas propiedades y obtener beneficios (alquiler) cuando otros jugadores pasen por nuestras casillas. También hay cartas de la Suerte que confieren emoción al juego, ya que se trata de pequeñas sorpresas que dan emoción al juego.
El fabricante lo aconseja a partir de 5 años pero se puede indudablemente jugar antes, sobre todo si al juego participa una persona adulta o un/a niño/a más mayor. Anna Laura empezó con 4 años pero basta con saber contar (o estar aprendiendo) para poder jugar y disfrutar del juego.
Las propiedades que se pueden adquirir también son adaptadas al público infantil: Heladería, Tienda de juguetes, Pista de skate, Pizzería…Cuando un jugador se queda sin dinero y no puede comprar una propiedad sin dueño, pagar el alquiler o pagar una multa, el juego finaliza. Los jugadores que quedan cuentan su dinero, y gana quien ha acumulado más.
Lo patentó en 1904 con el nombre de “El Juego del Terrateniente” (The Landlord’s Game). Su intención era demostrar cómo las rentas enriquecían a los propietarios y empobrecían a los inquilinos. Dado que las ideas económicas subyacentes eran muy difíciles de transmitir a las víctimas del sistema, inventó un juego con el que despertar en los niños una natural suspicacia hacia la injusticia.
Magie vendió el juego a Parker Brothers en 1935, por 500 dólares (unos 8.000 dólares actuales). La empresa le cambió el nombre y alguna pequeña modificación. Por ejemplo, sustituyó por un inocuo “salida” el mensaje de la última casilla, que en la versión de Magie era: “El trabajo sobre la Madre Tierra produce salarios”.
El malagueño Francisco Leyva copió el Monopoly americano y lanzó en España El Palé, con las calles de Madrid (fuente: La Vanguardia). En los años 50, la empresa editora denunció a Leyva; ambas partes llegaron a un pacto y el Monopoly llegó a España de la mano de Borràs.