
Érase dos veces…Los tres cerditos
Belén Gaudes, Pablo Macías (Autores), Nacho de Marcos (Ilustrador)
Ed. Cuatro Tuercas
+5 años
Los 3 cerditos, que en realidad eran dos cerditos y una cerdita, vivían felices en su casita situada en un bosque precioso junto con sus padres. Incluso colechaban en una gran cama de paja pero ya sentían que había llegado el momento de independizarse.

Sus padres les habían criados para que, cuando se sintieran listos, pudieran ser dueños de su destino.
Fueron así a buscar un bosque donde construir una nueva casa. Al principio querían construir una para los 3 pero ponerse de acuerdo resultó más difícil de lo previsto. Gray, el más pequeño, proponía una casa de paja, fresquita y distinta de todas las demás; Matilde, la mediana, quería una casa de madera, al considerarlo un material natural y duradero; Marsio, el mayor, tampoco daba su brazo a torcer y no aceptaba otra opción que no fuese una casa de ladrillos.
Al final, decidieron que, para mantener las buenas relaciones entre hermanos, lo mejor era que cada uno construyera su propia casa a su manera.
El emplazamiento elegido para erigir sus viviendas no era la mejor, debido a los fuertes vientos que azotaban la zona, y el enorme lobo gris que vivía allí habría estado encantado de avisarles, si la desconfianza de los 3 cerditos no hubiese sido tan grande…

Esta versión del cuento clásico “Los 3 cerditos” nos ha llegado en el momento más oportuno. Mi hija, a través de una amiguita, había conocido la versión tradicional y llegó a tener pesadillas con lobos y casas derribadas. Gracias a “Érase dos veces…” le he podido explicar que el lobo no era malo sino que quería avisar a los cerditos que sus casas corrían peligros en ese bosque por las condiciones meteorológicas adversas.

Y, si por un lado este cuento nos ayuda a rehabilitar la figura del lobo (un “lobo de cuento vegano”), por otro sirve también a combatir estereotipos de género. A diferencia de lo que el lobo pensaba, a Matilde le encanta cargar carretillas y Gray adora cocinar.

Otra gran enseñanza que nos deja este cuento es el amor hacia la naturaleza: construir con materiales naturales que respeten el entorno, aprovechando los recursos que nos ofrece.
Los nombres de los 3 cerditos no son casuales ya que hacen referencia a tres grandes arquitectas, pioneras en su sector: Eileen Gray, Matilde Ucelay y Aino Marsio Aalto. Es necesario dar visibilidad a esas mujeres luchadoras que vienen ocultadas y olvidadas en la historia escrita por los hombres.
Como siempre un cuento muy acertado, con muchos elementos que nos permiten dialogar con nuestr@s peques, nos ayudan a hablar de los prejuicios y a superarlos, a vencer los miedos a través de la razón y el acompañamiento cariñoso.
Los detalles que hacen referencia a la crianza con apego me han encantado: colecho y educación respetuosa de la individualidad de los hijos para que l@s niñ@s se conviertan en adultos capaces de tomar sus propias decisiones, seguros del apoyo incondicional por parte de su familia, capaces de admitir sus errores y de volver a empezar desde cero cuando es necesario.
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