La historia de «petaloso»: un niño creativo y su «bello error»

Esta historia comienza en una clase de lengua de tercero de primaria del colegio Marchesi de Copparo, un pueblecito de unos 16.000 habitantes en la provincia de Ferrara, en el norte de Italia.
Al hacer un ejercicio sobre adjetivos, el pequeño Matteo, de 8 años, define una flor –que en italiano es una palabra masculina, “ fiore”— el adjetivo “petaloso” para indicar que está llena de pétalos.
Esa palabra no existe en italiano y por tanto la maestra  (que, por cierto, se llama Margherita) señala la respuesta como errónea. Pero, como indica en una entrevista al periódico Il Corriere della Sera, no lo definió simplemente como error, sino como un «bello error». Y además, como la palabra le gustaba, decide pedir la opinión de la Crusca (Accademia della Crusca, el Instituto nacional para la salvaguarda del italiano).
Le pide así a Matteo que él mismo escriba a la Crusca para solicitar la entrada de su palabra inventada en el idioma oficial. Unos días después, el cartero deja en el colegio una carta dirigida a Matteo, que contiene la ansiada respuesta por parte de la Academia de la Lengua.
La carta estaba firmada por Maria Cristina Torchia, consejera de la Academia:
«Querido Matteo. La palabra que has inventado es una palabra bien formada y podría ser usada en italiano, como son usadas otras palabras formadas de la misma manera. Tú has puesto juntas pétalo+oso=lleno de pétalos, con muchos pétalos”. La representante de la academia pone incluso algunos ejemplos, como “pelo+oso= peloso, lleno de pelos o con muchos pelos”. La carta concluye explicando al pequeño Matteo que, para que una palabra nueva pueda entrar en el vocabulario, “no es suficiente con que sea conocida y usada solo por quien la ha inventado, sino que la usen muchas personas y que muchas personas la entiendan”.
Y, lo más curioso y tal vez lo más emocionante, la academia de la lengua italiana da un consejo a Matteo: “Si logras difundir tu palabra entre muchas personas y muchas personas en Italia comienzan a decir y a escribir ‘com’e petaloso questo fiore!’ o, como tu sugieres, ‘le margherite sono fiori petalosi’, entonces ‘petaloso’ se convertirá en una palabra más del italiano».

A través de su cuenta de Twitter, la profesora Margherita Aurora escribe un mensaje en el que cuenta la historia y su satisfacción por la creatividad de Matteo y agradece la respuesta de la Academia: “Para mí vale como mil lecciones de italiano”.
El resto lo hacen las redes sociales. Rápidamente petaloso se vuelve trending topic y los italianos no dejan de crear frases y poemas con la nueva palabra.
Incluso el Presidente del Gobierno, Matteo Renzi, felicita en Twitter la inventiva de su tocayo: “Gracias al pequeño Matteo, gracias a la @AccademiaCrusca Una historia bella, una palabra nueva #petaloso”.
Y la Accademia della Crusca no para de hacer RT a todos las menciones de petaloso en Twitter, televisión y radio.
Un niño creativo, una maestra que cree en sus alumnos, una consejera lingüistica muy disponible y las redes sociales: así se forma una nueva palabra en el siglo XXI.
Ojalá tod@s l@s adult@s fueramos capaces de tomar en serio a l@s niñ@s, fomentar su creatividad y ver el lado positivo de los errores. La maestra Margherita cita a Rodari y nos recuerda que hay que confiar en uno mismo y no temer a los errores porque solo equivocándose, se aprende.
Parece un cuento, ¿verdad? Y cómo no pensar en la maestra de ese fabuloso libro de Peter H. Reynolds: «El punto«?
Fuentes:
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