La máquina de los abrazos
Scott Campbell
Editorial Andana
+3 años
¡Uau! ¡Allá voy!
¡Soy la máquina de los abrazos!
Soy muy bueno dando abrazos.
Soy el
que da los mejores abrazos.
Nadie puede resistirse a uno de mis
increíbles abrazos.
El protagonista de esta historia es una verdadera máquina de los abrazos. Eficiente e incansable, es capaz de abrazar a todo y tod@s. Dar abrazos es todo un arte que él domina a la perfección.
Está muy orgulloso de ser capaz de dar los mejores abrazos, esos abrazos que infunden tranquilidad y ayudan a quien los recibe a sentirse mucho mejor de inmediato.
Mis abrazos calman a la gente.
Les levantan los ánimos.
¡Les hacen volverse completamente locos!
¡Soy la
máquina de los abrazos!
máquina de los abrazos!
Y nuestro amigo no solo abraza personas, también árboles, buzones, bancos, animales de todos los tamaños y objetos muy distintos entre ellos.
Nadie escapa de su mágico abrazo, con el que consigue que todos se sientan mejor.
Las jornadas de un niño-máquina de los abrazos es agotadora. Al final del día ya no le quedan fuerzas para abrazar. Afortunadamente hay alguien que sabe cómo ayudarle…
Un libro original con el cual las risas están aseguradas. Pero no es solo eso: esta historia fomenta la empatía y trabaja la inteligencia emocional. Además nos hace reflexionar sobre la importancia de expresar nuestros sentimientos a través del contacto físico. No hace falta tener brazos especiales como el protagonista de este cuento para que nuestros abrazos tengan un efecto curativo.
En casa somos muy fans de este álbum que nos ha conquistado desde el primer día, probablemente porque mi hija se parece mucho al protagonista. Ella es muy cariñosa y empática y se toma muy en serio su trabajo de «súper heroina que mejora el día» de los demás. Si escucha a un niño llorar, no duda en acercarse, preguntarle qué le pasa y preguntarle si quiere un abrazo «para sentirse mejor».
Además cada vez gestiona mejor sus propios momentos de frustración y de enfado, y pide abrazos cuando los necesita, porque ya conoce su maravilloso poder calmante.
Las ilustraciones son muy graciosas, expresivas, de colores vivos sobre fondos casi siempre blancos, lo que permite que toda la atención se centre en el protagonista.
Acompañan a la perfección el texto en el que nuestra máquina de los abrazos habla en primera persona, interactuando con l@s lectores/as que se sienten parte del relato.
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