
Brigitte Raab (Autora), Manuela Olten (Ilustradora)
Ed. Takatuka
+3 años

La niña, con toda su buena voluntad, intenta dormir como cada uno de los animales que su mamá va nombrando, pero ninguna de esas posturas y «trucos» tienen éxito.
Y sigue repitiendo: «Mamá, no puedo dormir«.
Es que dormir en la bañera y encima con los ojos abiertos, ¡es imposible! La bañera es dura y los ojos se le cierran.
Su mamá le recuerda que cada uno tiene una forma distinta de dormir y que ella no es igual que ninguno de los animales mencionados.
Un cuento encadenado, con frases que se repiten para marcar el ritmo (perfectas para prepararse al sueño), es un original relato de las buenas noches.
En una mezcla entre vigilia y sueño, la pequeña protagonista sueña con emular a los animales que su madre va evocando y se prepara a caer rendida
(así como el/la pequeño/a lector/a, se espera…).

Una mamá paciente y respetuosa que acompaña a su hija en uno de los momentos del día que pueden convertirse en complicados, sobre todo cuando l@s peques, a pesar de tener sueño, «luchan» para quedarse despiert@s.
Lo que es bastante comprensible: cuando tienes 2 o 3 años, hay tantas cosas nuevas que aprender cada día que dormir es la última opción…
Al final, entre todas las opciones, la mejor de todas es la más sencilla y natural: el colecho (aunque la peque se quede soñando con los ojos abiertos un ratito más).
La mamá, entendiendo las dificultades que está viviendo su hija, en lugar de
dramatizar la situación, le sigue el juego y participa, con una sonrisa en los labios y mucha comprensión, de sus alocadas acrobacias.
Entabla un diálogo tranquilo con su pequeña, intentando empatizar con ella y así, poco a poco, va recreando un escenario interesante, poblado de animales de diferentes partes del mundo y con costumbres muy distintas, que amenizará los sueños de la pequeña.
Además le ofrece la calma necesaria para que esta situación se convierta en un cariñoso momento madre-hija.
Me siento muy identificada con este cuento. Por la noche tenemos la costumbre de leer unos cuantos cuentos; casi siempre son suficientes 3-4 cuentos, y un poco de teta, para que Anna Laura se duerma pero hay alguna noche en la que está más activa (y/o yo más cansada) y acabo cerrando los ojos antes que ella.
Al final del cuento, exactamente como nos pasa a nosotras, la niña se quedará dormida cuando se siente preparada. El respeto de los ritmos de sueño es fundamental sin que haya chantajes ni presiones porque el momento de irse a la cama tiene que ser algo placentero y no convertirse en una pesadilla.
Que maravilla esta noche nos hacía mucha falta para nuestra pequeña.
Que maravilla esta noche nos hacía mucha falta para nuestra pequeña.
Ohhhh me encanta, es un tema ideal para contar antes de dormir
Pilar Nicolás en fb
se me había pasado este, con lo que me gusta!! Itziar ruiz marturet en Facebook
Muy divertido!!!! Genial para explicarles antes d ir a dormir