Reseña: «¿Qué necesito cuando me enfado?»

¿Qué necesito cuando me enfado?
Tania García (Autora), Núria Aparicio (Ilustradora)
Editorial Beascoa

+3 años

Dami es un niño de 6 años que nos explica que enfadarse es algo del todo natural que suele pasarle a todo el mundo en algún momento.

Cuando un niño se enfada no se está portando mal, solo está expresando sus emociones.

El enfado es una emoción que sirve para defendernos de algo que nuestro cerebro como un peligro. Nuestro corazón late más fuerte y tenemos la necesidad de externar lo que nos pasa.

A veces, un niño parece enfadado, pero simplemente tiene la necesidad de recibir un abrazo de un ser querido para sentirse mejor.

Otras veces, necesita llorar, gritar o incluso tirarse al suelo. En ese momento, más que nunca, es importante el acompañamiento amoroso por parte de un adulto: su presencia muestra al niño que él y sus emociones son importantes para nosotros.

Un abrazo, una caricia, ponernos a su altura: son gestos que nos ayudan a crear una conexión. Todo eso, desde la calma: estar calmados es la única manera de transmitir calma.

Superada la fase más disruptiva, es el momento de hablarle con amor y mostrar comprensión, buscando una solución.

También Dami nos muestra qué es lo que un adulto no tiene que hacer cuando un niño se enfada: no tiene que decirle que no pasa nada (¡porque sí pasa!), no tiene que gritarle, humillarlo, pegarle o castigarlo.

En realidad, lo único que los niños necesitan cuando están enfadados es amor, respeto y libertad. Y un adulto que esté a la altura de la situación.

A través de la historia de Dami, Tania García, ya autora de «Educar sin perder los nervios«, nos explica qué necesitan los niños y niñas cuando se enfadan, y, por tanto, qué deben hacer los adultos en ese momento para acompañarlos. Muchas veces los adultos creemos que el enfado de nuestros hijos es algo perjudicial que hay que reprimir. No somos capaces de entender que se encuentran en una fase de su desarrollo en el que expresan así su enfado. Lo que necesitan es que sus padres les ayuden desde la empatía y la calma. Sería contradictorio pretender que nuestros hijos consigan a calmarse si nosotros perdemos los nervios.

Aprender a gestionar los enfados de nuestros hijos es fundamental para la formación de su personalidad y su autoestima.

Tanía García ha sido una de las primeras profesionales en España en demostrar que otro tipo de crianza es posible. Le agradecemos el detalle de hablar de enfado infantil (y no de «rabietas», una palabra que intenta restar importancia a lo que les pasa a los niños), pero sobre todo de haber puesto el enfoque en las necesidades de la infancia, algo muy poco común en esta sociedad tan adultocentrista.

Un cuento que, gracias también a las preciosas ilustraciones de Núria Aparicio, será de gran ayuda a niños y adultos para enfrentar con más consciencia esas situaciones.

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