
Paloma Sánchez Ibarzábal (Autora), Anna Llenas (Ilustradora)
Editorial TimunMas
Si yo fuera un gato…
No me gustaría
salir a pisar charcos los días de lluvia.
Preferiría ronronear junto a la chimenea.

A través del juego de identificarse con un gato la autora y la ilustradora nos proponen ponernos en el lugar del otro y tomar conciencia de su realidad, sus vivencias y sus necesidades.
Este álbum ilustrado nos recuerda que no a tod@s nos gusta y divierte lo mismo, que es importante conocer y aceptar las diferencias para entender mejor a l@s demás, sin juzgarl@s. A menudo reprobamos con un “yo no lo haría” el comportamiento ajeno, creyendo erróneamente que lo que está (o no) bien para nosotr@s, (no) lo está necesariamente para l@s demás.
Esta historia nos hace llegar a la conclusión que lo que hace distinto al otro puede incluso representar una ventaja, porque el otro acaba complementándonos.
La respuesta a la pregunta con la que se abre este relato ofrece un abanico de
divertidas posibilidades alrededor de las cuales se construye este original libro-juego. Y no es un listado cerrado, sino una invitación al lector a seguir con otras fantasiosas respuestas, usando toda su imaginación.

Si fuéramos un gato, no nos gustaría que nos pusieran lazos para demostrarnos cuánto nos quieren; seguramente preferiríamos que nos hicieran cosquillas en la barriga. Buscaríamos el regalo para nuestro/a mejor amigo/a en la basura y no en una tienda, no nos gustaría patinar sobre hielo sino pasear por las barandillas de los balcones.

Un relato que invita a la tolerancia y a la comprensión, y que al mismo tiempo homenajea a los gatos, animales inteligentes y fieles.
juntos al colegio por mucho que tú lloraras.
en cuanto pusiera una pata en clase.
esperaría junto a la puerta).
En este cuento no hacen falta hechizos, sino que basta con un disfraz, como el que usa la protagonista de la historia, y que podría ser incluso simbólico, para ponerse en la piel del otro. Lo que importa, al fin y al cabo, es ser amigos. Los verdaderos afectos están por encima de gustos, hábitos y preferencias culinarias.
hay una cosa que no cambiaría…
amigo!

Las escenas tienen fondos simples, nada recargados, que, en palabras de la artista “dejan espacio abierto a que el lector entre, mueva, toque y complete la historia con su propia imaginación”.
Un cuento que Anna Llenas ha ilustrado con mucho entusiasmo y cariño porque le ha permitido meterse en el lugar de sus adorados gatos.
Editado por primera vez en 2012, vuelve a publicarse tras haber estado un tiempo descatalogado y en «busca y captura» por parte de much@s aficionad@s a la literatura infantil (¡yo la primera!).
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