Reseña: «Un gran día de nada»

portada
Un gran día de nada 
Beatrice Alemagna

Editorial Combel

+7 años

Un niño llega con su madre a su casa de vacaciones, el mismo lugar solitario y sin atractivo al cual acuden todos los años. Y, para variar, está lloviendo. Su madre tiene que trabajar y se pone a escribir en silencio, mientras el niño no encuentra nada mejor que hacer que entretenerse con un videojuego, pulsando el mismo botón una y otra vez y pensando en todo lo que su padre le habría podido enseñar…

El niño está enormemente aburrido y pasa el día tirado en el sofá. Su mamá acaba confiscándole la consola, recriminándole su actitud.
No le queda otra que salir al bosque, a pesar de la lluvia que le moja las gafas y los pies llenos de barro.
«Al abrir la puerta, sentí que todo el aburrimiento del mundo
se había dado cita en mi jardín».
Al adentrarse en el bosque, se encuentra con cuatro caracoles gigantes que le revelan que en aquel lugar hay mucho que ver. Incluso se atreve a tocarles las antenas.
En su recorrido descubrirá setas venenosas, que le harán recordar un olor que había olvidado: el de la bodega de su abuelo donde jugaba a buscar tesoros cuando era pequeño.
Toca la tierra mojada, se fija en el efecto de los rayos de sol, corre e cae colina abajo. Mira el mundo al revés, tumbado en el suelo. Trepa por un árbol, respira el aire fresco, bebe el agua que cae de las hojas, salta en los charcos, observa los insectos.
No deja de explorar, de vivir nuevas sensaciones y redescubrir otras que creía olvidadas.
Llega a casa empapado y, mirándose al espejo, ve reflejada la sonrisa de su padre.
Mira a su madre y disfruta con ella del silencio de aquella casa. Tiene ganas de abrazarla y contarle todo lo que ha aprendido. Aquel gran día de nada marcará un antes y un después en la relación entre madre e hijo…
Como cuenta Beatrice Alemagna en una entrevista a su editorial italiana, lo primero que nació de este libro fue el título «Just a day of nothing», una frase que le traía a la memoria un paisaje lluvioso. Hacía tiempo que la autora quería hablar del aburrimiento, del tiempo vacío y, tras dos años de duro trabajo, finalmente vio la luz este álbum.
Casi tod@s, con el pasar del tiempo, aprendemos a valorar el aburrimiento como un momento para descansar, soñar, reflexionar, crear. Pero l@s niñ@s muchas veces se quejan: «estoy aburrido». Una frase que hace temblar a l@s adult@s que se afanan por encontrarles alguna ocupación, para mantenerles entretenid@s. Beatrice Alemagna rivendica el aburrimiento como derecho de tod@s, sobre todo de es@s niñ@s que pasan demasiadas tardes encerrad@s en casa delante de la pantalla del televisor, la consola o el móvil, perdiéndose todas las maravillas que están allí fuera.
El protagonista descubre los increíbles tesoros que esconde un bosque, lo divertido que es ensuciarse, salpicar, correr. Se olvida del repetitivo y violento videojuego que lo mantenía encerrado en casa y vuelve a conectarse con la naturaleza, consigo mismo, con su madre.
Una historia sencilla que Beatrice Alemagna consigue dotar de fuerza y originalidad, gracias a su mirada de artista y su extraordinaria capacidad de dar voz al universo infantil.
Si te gusta y quieres comprarlo online en una web de confianza, lo encuentras AQUÍ.  

 

31 opiniones en “Reseña: «Un gran día de nada»”

Comentarios cerrados.

Copy Protected by Chetan's WP-Copyprotect.