Reseña: «La bruja Pocha»

La bruja Pocha
José Carlos Andrés (Autor), Cristina Quiles (Ilustradora)
Ediciones Jaguar

+6 años

Bruja Pocha era una bruja con estudios (con
estudios de brujería, claro está). Estaba titulada por la
universidad de susto y disgusto en brujería, pócimas y caldos de
pescado. era la mejor en crear pesadillas de ajo y pepino (de las que
se repiten y repiten), apagones inoportunos (el terror de los
lectores y escritores) y mocos veraniegos (de los que no te dejan ir
a la piscina). 
Era una bruja tan preparada, que podía pronunciar
tres conjuros a la vez mientras arrugaba una camisa, quemaba la
comida, ensuciaba la ropa y regañaba a sus diecisiete ratones
lectores por no estar correteando por la casa.
¡Ella podía con todo!
La bruja Pocha es una bruja y una madre excelente. Trabaja en el Ministerio del Mimiedo, en calidad de Coordinadora de Nervios que engordan, y también prepara pociones en casa.
A la vuelta del trabajo se ocupa de su numerosísima familia, que incluye a sus 3 mellizos, 17 ratones lectores, al despistado Atronado y al gato Despeluzado. Trabaja de día y de noche sin parar.
Ella puede con todo, sí, pero ya no quiere seguir así.
Una noche, cansada de no tener ni un minuto para leer su libro preferido de brujería, de ir a tomar un chocolate amargo con sus amigas o de darse un baño de barro para relajarse, decide preparar una pócima para que los miembros de su inmensa familia empiecen de una vez a encargarse de sus responsabilidades.
Por fin, pensaba, tendría algo de tiempo para relajarse…
La simpática bruja Pocha es perfecta para representar a la típica madre atareada, atrapada en dobles jornadas laborales (en casa y fuera de casa) que parecen no terminar nunca. Seguro que a muchas madres todo eso nos resulta muy familiar…
El mérito del autor es saberlo adaptar al público infantil sin perder la conexión con l@s adult@s, contarlo en clave de humor e insertarlo en un ambiente de cuento, hecho de telarañas, conjuros y pócimas.
Es que la bruja Pocha adora su trabajo y su familia pero echa de menos tener un ratito para sí.
Es un álbum divertido que al mismo tiempo pone en la mesa temas tan importantes como la conciliación y la necesidad de que toda la familia colabore en casa por el bien común. Mostrando a los niños como es el día a día de sus padres, trabaja la empatía y la importancia de saber disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
Como siempre las ilustraciones de Cristina Quiles son geniales, no solo por su gran calidad artística sino por la manera en la que subrayan los aspectos más irónicos del texto y que despiertan aún más la empatía de los lectores hacia la protagonista.
Un libro sin duda perfecto para Halloween y para todos los aficionados a cuentos de brujas, pero que también hemos incluido en nuestra selección de libros en mayúsculas, para l@s peques que empiezan la lectura autónoma.
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