Nos sumamos a la campaña «A contramarcha: ni un peque más en peligro»

Cuando se habla de sistemas de retención infantil (SRI), según la ley que entró en vigor el pasado mes de octubre de 2015, la sillas «a contramarcha» (ACM) son obligatorias solo para los grupos 0 y 0+ (que llegan respectivamente hasta los 10 kg y los 13 kg).
Pero aquí no hablamos de cumplir la ley sino de elegir lo más seguro para nuestr@s peques.
El cuerpo de un bebé/niñ@ de 9 kg (que es a partir de cuando se pueden usar sillas del grupo 1) es todavía muy frágil (sobre todo cuerpo, cabeza, tórax y abdomen) y, en caso de impacto, no reacciona igual que el cuerpo de un adulto.
Con una silla instalada a contramarcha la cabeza, el cuello y la espalda están alineados sobre el respaldo y la fuerza del impacto es absorbida por la propia silla, salvaguardando así las zonas más vulnerables del niño/a y reduciendo considerablemente la presión sobre su tórax y abdomen.
Se puede profundizar esta información y consultar el listado de sillas ACM que han superado los tests en la web www.acontramarcha.com.
Las estadísticas también demuestran que viajar de espaldas a la marcha es cinco veces más seguro que ir mirando hacia delante. Aquellos países que han adoptado esta medida (nos referimos en particular a los países escandinavos; en Suecia, por ejemplo, hace ya 40 años que l@s niñ@s viajan a contramarcha) tienen los índices de mortalidad infantil en carretera más bajos del mundo.
En este breve vídeo explicativo se comparan los riesgos de un accidente de coche para un niño que viaja de cara a la marcha, y otro que lo hace en sentido contrario a la marcha.
Yo personalmente compro mucho por Internet, pero este es uno de los casos en los cuales es fundamental acudir a una tienda física. Porque no existe la «mejor silla» sino la que mejor se adapta a nuestr@ niñ@ y a nuestro coche.
Y para descubrir cuál es, es necesario probarla.
En el grupo Facebook A contramarcha salva vidas puedes encontrar asesoramiento profesional e indicaciones sobre las tiendas que venden sillas ACM. Afortunadamente, cada vez son más las que las venden.
Desde Apego, Literatura y Materiales respetuosos nos sumamos a la campaña NI UN PEQUE MÁS EN PELIGRO, una iniciativa de Una Mamá de Otro Planeta, A Contramarcha y A Contramarcha salva vidas.
Hasta ahora hemos usado metro y autobús (por cierto, en algunas ciudades los autobuses nuevos ya llevan instaladas sillitas ACM del grupo 0, ojalá se extienda pronto a toda España), pero, al final, por motivos de trabajo, nos hemos decidido a comprar un coche.
Las pocas veces que Anna Laura se había subido a coches de familiares o taxis, había usado sillas AFM. Por eso, la primera vez que vio una silla ACM, su reacción fue de rechazo.
Pero, en cuanto empezamos la marcha, la sensación de confort prevaleció sobre el miedo al cambio. Y prevaleció tanto que, llegados a casa, no quería ni bajarse del coche (sus palabras: «Mamá, quiero quedarme aquí cómoda un ratito más«).

Anna Laura va encantada en su silla ACM, a veces se queda dormida (la silla se puede reclinar),
puede mirar a través de las lunas posteriores y, gracias al espejo que hemos colocado en el asiento, podemos mirarla también nosotros a ella.

Ella contenta y nosotros tranquilos.

La silla que hemos elegido, una Britax Max-Way, nos durará hasta que llegue a los 25 kg o 110 cm.

Si buscas una silla que se pueda usar desde el nacimiento, sobre todo en caso de coches pequeños o dolor de espalda de los padres, te recomiendo una silla giratoria del grupo 0+/1, que dura hasta los 18 kg.

También puede interesarte esta entrada sobre un accesorio indispensable para sillas ACM: los espejos retrovisores.

 

Cuando ya, por altura o peso, los niños no puedan ir a contramarcha, hay sillas del grupo 2/3 muy buenas. Nosotros hemos elegido esta, siempre de la marca Britax Romer, con una relación calidad-precio inmejorable, ya que presenta el innovador sistema SICT, un sistema especial de absorción de impactos laterales. Esta ya es la última silla, ya que se puede usar hasta que el niño alcance los 150 cm.

Os recuerdo que la distancia entre la nariz del niño y el asiento delantero tiene que ser mínimo de 55 cm y el asiento más seguro a favor de marcha es el central.

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